13 de octubre de 2009

La discriminación como secuela de la Conquista

Comentario Radiofonico de 
Esteban Garaiz
Quien habla sobre la discriminación
como secuela de la conquista (invasión) a América

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El 12 de Octubre de 1492, arrancó el proceso de Europeización de América con el desembarco de Cristóbal Colon y sus marinos en la isla de Guanahani, en el mar Caribe. Un proceso que ha durado más de 500 años y de algún modo todavía aun continúa.  

En 1940 el dictador Rafael Lonidas Trujillo -que se hacia llamar “El Benefactor- decidió que le mandaran refugiados republicanos Españoles, a la República Dominicana, para que le “Blanquearan” a su población (así textualmente).

Este proceso de Españolización de América NO fue un desarrollo pacífico, cultural o comercial en igualdad; fue un proceso violento impuesto por las armas, de conquista y de despojo de las tierras y de los recursos de los naturales.
Los pobladores originales no solo fueron despojados de sus propias tierras, sino que fueron sometidos a servidumbre para que trabajaran en beneficio de sus opresores los nuevos dueños, con el pretexto increíble de que les eran encomendados para ser Catequizados.
Los métodos brutales de los conquistadores contradecían abiertamente la doctrina cristiana de la hermandad universal y de la caridad, que decían predicar los encomenderos.

Las minas americanas que abarrotaron de oro y plata las arcas reales y las fortunas de muchos de los peninsulares, se producían sobre la silicosis y la muerte prematura del trabajo obligado en todos los casos.
Cuando la población original llegó casi a extinguirse en regiones enteras a causa de la desnutrición, el maltrato y las epidemias llegadas del viejo continente, la “católica España” -al igual que otras potencias Europeas civilizadas-, recurrió a conseguir trabajo forzado de los Africanos arrancados violentamente de sus comunidades y esclavizados.

En todo caso, la sociedad colonial quedó establecida en castas en contradicción abierta de la doctrina cristiana de que todos somos hijos de dios.
La propia institución religiosa la iglesia católica establecía sus registros sacramentales con base en esas categorías radicalmente contrarias al espíritu cristiano.

Pero este pasado sigue presente en nuestro presente -sin fallar- en la descripción física de las personas, siempre sale a relucir el color de la piel y de los ojos no con criterio estético -que sería muy discutible- si no con un inocultable prejuicio social, que valora menos a la población originaria o a sus descendientes, y enaltece por el mero hecho de serlo, a quienes tienen apariencia física de origen europeo.

No es solo un asunto estético es algo mucho mas grave que conduce a la exclusión social, a la marginación; que evidentemente contradice la igualdad de oportunidades de una estructura republicana, y por supuesto destruye “el espíritu cristiano” alardeado como el gran logro de la Hispanidad que ayer se celebró.

Esa es nuestra mal-formación nacional congénita y la verdadera causa de nuestros Rezagos.

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