27 de noviembre de 2009

Sobre la Muerte de Briseño Torres - Juan José Doñan

 Comentario Radiofónico 
Juan José Doñán
Transmitido en Radiometropoli
El Viernes 27 de Noviembre

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¿Qué lleva a una persona a privarse de la vida?
¿Qué orillo a Carlos Briseño, quien llegará a ocupar los más altos cargos en la administración de la universidad de Guadalajara, a retirarse voluntariamente de este mundo el Jueves de la semana pasada?

Es inevitable no hacer conjeturas (como ya lo han hecho otros) sobre todo cuando a lo que parece el finado ex-rector de la UdeG no dejo consignadas las causas especificas por las que tomo el único camino que en esta vida no tiene retorno.

La primera conjetura que viene a la mente es la de relacionar la auto inmolación de Briseño con el largo y frustrante proceso judicial que sobrellevó a lo largo de un año y tres meses demandando ante los tribunales su reinstalación como rector de la UdeG; cargo del que fue destituido el 29 de Agosto del año pasado en una operación dudosamente legal, operada por la mayoría de integrantes del consejo general universitario, quienes responden a los intereses del cacicazgo que desde hace 20 años (y contando) ha mantenido el control de laUdeG.

Si la desesperanza de ser reinstalado en la rectoría de esa casa de estudios fue la causa de la última decisión que Carlos Briseño tomo en su vida; hay que decir que ese sacrificio no vale la pena, pues ningún cargo publico o privado por más cotizado que sea vale la vida de una persona.
Claro alguien podría decir y con acierto que la persona hundida en el pozo de la represión y ladesesperanza ve las cosas de otra manera, que no razona del mejor modo y lo que es peor, que en muchos casos como parece haber sido el de Briseño, ese razonamiento anómalo lleva a la persona deprimida a obrar en contra de si misma.

Otra conjetura ligada a la anterior, sería la alta probabilidad de que Carlos Briseño, cayera en el abatimiento al ver como se había quedado solo en su lucha tanto por tratar de ser restituido en primer cargo de la UdeG como en su desigual enfrentamiento con el grupo hegemónico universitario que encabeza el ex-rector Raúl Padilla. Un poderoso grupo político que decide que cosas se hacen y cuales otras no en la UdeG , como y en que se gasta el dinero publico que recibe la institución y sin necesidad de rendirle cuentas a ninguna autoridad. Un grupo que aparte de ello mantiene múltiples intereses políticos fuera del campus universitario.

Pero volviendo a la soledad de Briseño, a la que el Viernes pasado se refirió la madre del difunto, en el mismo velatorio de su hijo ante el gobernador de Jalisco que había acudido a presentar sus condolencias y quien con seguridad no dejo de sentirse aludido, ese abandono es uno de los capítulos centrales de la biografía política del extinto ex-rector de la UdeG. Una vez depuesto por el golpe de mano del núcleo duro del Padillato, Briseño descubrió que se había quedado solo y ello debido a que sus principales colaboradores mostraron de inmediato de que pasta estaban hechos: calculo político, fanfarronería, oportunismo, pusilanimidad y sobre todo deslealtad.

El pasado 29 de Agosto cuando se cumplía un año de su destitución, el propio Briseño definía a quienes lo habían abandonado por temor a represalias de las huestes padillistas como personas frívolas y carentes de solides moral; personas que de manera miserable corrieron al inicio del problema y entre los desertores de su causa mencionó algunos que según dijo textualmente "de manera cobarde me traicionaron".

En este punto hay que reconocerle al finado ex-funcionario de la UdeG; que tuvo el buen gusto de no dar ni el nombre ni el apellido de sus judas particulares, aún cuando era y es evidente a quienes se refería. Entre ellos a un diputado federal priísta ex-alcalde de Zapopan y frustrado aspirante a la gubernatura a cuya campaña por cierto Briseño se sumó, y a quien luego de su derrota ante el candidato de Acción Nacional el entonces rector integró a la administración universitaria nombrándolo Director de la Dirección de Ciencias Jurídicas en el Centro universitario de Ciencias sociales y Humanidades (CUSH).

Pero los mas desleales con Briseño fueron quienes habían sido sus colaboradores mas cercanos; personas que también arrearon banderas a las primeras de cambio, buscando congraciarse con el padillato.

Con la condición de tomar distancia del rector destituido, a esos personajes los jeques de la UdeG les permitieron reintegrarse como premio de consolación a sus anteriores plazas académicas, como supuestos investigadores y maestros. Solo faltaría que alguno de ellos hasta profesor de ética resulte ser. Y si esto fueron capaces de hacer los colaboradores de Briseño, algunos de sus detractores y desafectos lo persiguieron hasta después de muerto; ese fue el caso del rector del centro universitario de Lagos de Moreno, quien sin el mínimo asomo de humanidad o de respeto por los dolientes de Briseño , ni siquiera trató de simular su encono personal en contra de este, y aún fue capaz de hacer comentarios ofensivos de alguien que había caído para siempre.

Paradojicamente el principal pecado político de Carlos Briseño fue también la mayor de sus virtudes publicas, haberse separado y oponerse a los excesos y abusos del grupo político del cual él mismo había formado parte el que comanda Raúl Padilla y sin cuya intervención hay que decirlo, el ahora fallecido no hubiera alcanzado la rectoría de la UdeG.

Briseño perdió la partida y lo que es muchísimo mas grave, acabo perdiendo también la vida. Sin embargo varios de sus señalamientos ahora rubricados con su propia sangre, no solo siguen vigentes sino que son verdades del tamaño de una catedral.

Briseño reconoció que el gran elector y cacique máximo de la UdeG se llama Raúl y se apellida Padilla López, reconoció que la UdeG esta atenazada por una camarilla que encabeza el susodicho a través del férreo control de los distintos órganos de gobierno y derepresentación sindical y estudiantil de la institución.
El consejo general universitario, el sindicato único de trabajadores administrativos de la UdeG, el sindicato de trabajadores académicos y la Federación de estudiantes universitarios FEU.

Carlos Briseño reconoció también que para el jefe de esa camarilla es mucho mas importante el show busines, el entretenimiento más descaradamente comercial así como los proyectos oropelescos y de relumbrón que; ampliar la rezagada matricula para estudiantes de bachillerato y licenciatura.

Briseño ventilo así mismo graves actos de corrupción en el hospital civil, centro medico administrado por la UdeG, y entre las muestras de podredumbre de esa institución hospitalaria insistió en el caso del programa de trasplante de órganos manejado en forma torcida por el doctor Luis Carlos Rodriguez Sancho, cuyas trapacerías eran solapadas por autoridades universitarias y que en la practica tampoco tuvieron una verdadera sanción por parte del gobierno del estado.

En estas y en otras denuncias Carlos Briseño tenia razón infortunadamente para él y también para los intereses de la sociedad no pudo hacer valer esa certeza, o lo que viene a ser lo mismo, no contó con los medios para revelar las cosas que huelen y no precisamente a jazmín, en el campo de la Universidad de Guadalajara.

Descanse en paz Carlos Briseño y es de desear que para los intereses de la comunidad universitaria -que no para el grupo político que controla la institución- la muerte del ex-rector no sea en vano.