23 de junio de 2010

Esteban Garaiz : El venero derramado

El petróleo no es ningún venero del diablo. Es una bendición que ha permitido a la humanidad tener importantes avances para la salud, el bienestar hogareño, la movilidad, la civilización. Es materia prima para medicinas, pinturas y toda clase de utensilios. Tan sólo este año 2010, el sector industrial del plástico generará en México dos mil millones de dólares y 50 mil empleos, según informa Rafael Blanco Vargas, presidente del Instituto Mexicano del Plástico Industrial.

Desde luego es aporte sustantivo de energía para toda clase de actividades. Si hoy se agotara el petróleo, mañana sobrevendría el caos humano. El petróleo incluso nos está permitiendo la oportunidad de ir gradualmente sustituyéndolo como fuente energética mayoritaria y avanzar de manera acelerada en el uso de fuentes de energía sustentables y limpias para el ambiente, como la solar o la eólica, que no se entiende por qué ha de ser de propiedad privada extranjera.

Sólo la voracidad de unos cuantos ha hecho el petróleo diabólico. Los recursos naturales del mar o del subsuelo no tienen por qué ser de apropiación privada. En el caso de México, siempre han sido, incluso antes de ser el nuestro un país independiente, propiedad de la Corona; y, al momento de la Independencia pasaron a ser jurídicamente propiedad de la Nación.

Sólo en un breve período del porfiriato, con el Código de Minería de 1884, y hasta la Revolución y su fase constructiva: la Carta de 1917, que lo elimina, fueron de propiedad individual (extranjera). La política entreguista de la dictadura a favor “del progreso” permitió la apropiación privada del subsuelo nacional (cualquier semejanza con las concesiones actuales es pura coincidencia). Ya se ha documentado cómo el asesinato de Francisco Madero fue secuencia inmediata de su intento por cobrar a las petroleras extranjeras un impuesto “casi insoportable” de tres centavos por barril nacional extraído.

Hoy, 2010, 85 por ciento de las reservas petroleras del mundo son de propiedad pública de los respectivos estados en los países favorecedores con depósitos de hidrocarburos. Del 15 por ciento restante, una buena parte sigue todavía en manos de las cinco, (que eran siete) hermanas: British Petroleum, Exxon Mobil, Chevron, Conoco Phillips y Royal Dutch. La primera, como se sabe, ha ocasionado, por negligencia, un derrame de proporciones catastróficas en el Golfo de México. Las otras se deslindan y señalan que, si la voraz transnacional británica y sus satélites y cómplices tejanas (y amigas de Pemex de Calderón): Halliburton, Transocean y Cameron International, hubieran cumplido con las normas establecidas de seguridad, se habría podido evitar el desastre. La voracidad no reglamentada la provocó: más de 50 millones de toneladas derramadas.

Ahora, como suele ocurrir, han brotado las desavenencias entre British Petroleum y sus socias tejanas. La británica ya venía arrastrando el desprestigio y las acusaciones de poner continuamente en riesgo la seguridad de sus trabajadores. En las últimas tres décadas ha habido 700 muertos en las plataformas del Golfo.

Ahora también se destapa que el gobierno ha sido omiso en su control de los más de cuatro mil pozos en aguas patrimoniales estadunidenses del Golfo de México, con 40 mil trabajadores en las plataformas. No sólo eso: que el gobierno de George W. Bush eximió a la tejana Transocean (naturalmente) de los planes para el caso de emergencia en las perforaciones de BP (la corrupción no es privativa de México).

Barack Obama, ante los hechos consumados, ha impuesto la moratoria de seis meses para la extracción en aguas profundas y obligado a crear un fondo para indemnizaciones. Lo cual no remedia la catástrofe natural.

Por aquí la Secretaría de Hacienda sigue saqueando a Pemex, mientras el SAT oculta ilegalmente las condonaciones a los grandes contribuyentes. Según el Balance Primario éste año ha cobrado 105 por ciento más que en 2009: la discreta suma de 332 mil 528 millones de pesos. Como resultado, Pemex ha tenido un déficit neto de 42,269 millones de pesos. Las reservas probadas de crudo siguen sin reponerse y la nueva refinería anunciada sin construir, (desde 1980); el gas se sigue quemando y contaminando: durante abril y mayo de 2010 se han quemado 385 millones de pies cúbicos diarios.

Ese es el gobierno que tenemos.

egaraiz@gmail.com

http://impreso.milenio.com/node/8788091



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