10 de noviembre de 2010

De obispos y presupuestos | David Velasco #ITESO #Jalisco

Maestro David Velasco académico del ITESO
en su participación semanal 
En el programa Forma y Fondode RadioMetropoli
Con los periodistas





Radio Metrópoli. 10/11/2010


En estos días se realiza la 90ª. Asamblea General del Episcopado Mexicano, con la presencia del católico Felipe Calderón Hinojosa. Los obispos mexicanos se reúnen para discutir los grandes problemas nacionales, como los matrimonios entre personas del mismo sexo. Mientras tanto, los diputados no terminan de discutir el presupuesto de egresos de la federación para el 2011, pero sí aprueban reformas legales para garantizar derechos a la seguridad social de viudos y viudas de matrimonios del mismo sexo.

En la reunión de los obispos, se cierran filas para apoyar al obispo de Ecatepec, acusado de fraude por 150 millones de dólares. La ausencia más notable en esas reuniones, no es precisamente la de los cardenales, sino la del obispo de Saltillo, don Raúl Vera López, OP, quien recibiera el Premio Raft, de la fundación noruega del mismo nombre, por su destacada actuación en la defensa de los derechos humanos. 


Un alto contraste entre los obispos mexicanos, pues mientras la gran mayoría se desgarra las vestiduras por los matrimonios entre personas del mismo sexo, la diócesis de Saltillo desarrolla un plan pastoral especial para esas personas, que también son hijos e hijas de Dios. La voz de don Raúl Vera, obispo de Saltillo, es de las pocas voces eclesiales que se han atrevido a denunciar lo que ocurre en México, tanto para llamar dictador a Felipe Calderón, como para calificar de ejecución extrajudicial el asesinato de Arturo Beltrán Leyva, uno de los mayores capos del narcotráfico en México.

En las reuniones de los diputados federales, sigue el estira y afloja para la repartición de los dineros públicos. Dos cosas llaman la atención, más allá del reparto de cantidades específicas. Una, el aumento considerable del presupuesto federal para el ejército, la marina y la secretaría de seguridad pública, con el agravante de que se le disminuye el presupuesto a educación, salud, alimentación e inversión en el campo. 


La otra cuestión llamativa es el estrangulamiento fiscal de la Ciudad de México. No es nada nuevo. Desde la derrota electoral del PRI en 1997, el congreso ha hostigado financieramente a la Ciudad de México, con el claro propósito político de estimular el descontento de la población contra los gobiernos perredistas. 


No deja de ser paradójico que la Ciudad de México sea la que más aporte impuestos a la federación y reciba mucho menos de lo que solicita para sus gastos en infraestructura, generación de empleo, seguridad pública y educación, por señalar algunos rubros importantes.

Esto nos recuerda el viejo reclamo que hiciera el exgobernador de Jalisco, el Ing. Alberto Cárdenas, en el sentido de demandar una mayor participación de recursos federales para Jalisco con el mismo razonamiento de Marcelo Ebrard para la Ciudad de México: es más lo que aporta en impuestos para la federación que lo que recibe. 


De la misma manera que los diputados buscan el estrangulamiento fiscal de la capital del país, aquí el gobierno del estado disputa políticas diversas con el gobierno municipal de Guadalajara. La estrategia política es la misma, generar el descontento contra los gobiernos locales, en una apuesta electoral para 2012 En la reunión de los obispos, pareciera que prefieren el apoyo solidario a un obispo defraudador, que a un obispo defensor de los derechos humanos. 


En Bergen, Noruega, don Raúl Vera, OP, en sus palabras de agradecimiento dijo algo crucial: “La impunidad es la característica actual de la administración de justicia en México; aun en los casos aparentemente resueltos para quienes piden justicia, no existe reparación del daño, ni cumplimiento de sentencias o recomendaciones internacionales, ni castigo para los violadores de los derechos humanos dentro del Estado. 


La Fundación Rafto se pudo haber equivocado en haber elegido a la persona no adecuada para su Premio 2010, pero no se equivocó en elegir a México para hacer denunciar ante la comunidad internacional la terrible situación de violaciones sistemáticas a los derechos humanos de parte del gobierno contra hombres y mujeres ciudadanas de nuestro país.”1


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