23 de febrero de 2010

Rebelión en la granja | José Cárdenas [ @JoseCardenas1 ]


Con Fernando Gómez Mont se está produciendo el fenómeno del iceberg, esa masa de hielo que puede ser muy grande, que puede hundir un barco, no por lo que se ve, sino por lo que no se ve.

Con la renuncia de Gómez Mont, el PAN de Felipe Calderón declara inoperante una fuerza que durante 70 años le dio vitalidad: el abolengo, la heráldica y la prosapia de las familias de los custodios del bien común. El favoritismo familiar no era nepotismo sino ecuanimidad. Hoy nada vale apellidarse Gómez Mont o Clouthier; la aplanadora de Los Pinos hacia adentro del PAN, es implacable, no importa quien se atraviese.

Los muros del claustro panista son de papel. Los pleitos de adentro se escuchan afuera, como el portazo que dio Gómez Mont al perder la votación de las alianzas.

La asambleísta Lía Limón también es disidente por congruencia. No condenó los matrimonios homosexuales y se negó a favorecer la discriminación. La reacción de don César fue quemar a la “bruja”.

Otra complicación es el caso del diputado Manuel Clouthier Carrillo, al que los panistas no conocen todo lo bien que deberían. Le exigen que se eche “pa´atrás”; que diga que no dijo lo que dijo (revista Proceso 1737) al criticar la estrategia del gobierno en la guerra contra el crimen; por “no tocar al narco de Sinaloa ni con el pétalo de una rosa”.

Clouthier siembra la duda. Abre un boquete. Ipso facto César Nava desautoriza el anatema del vehemente heredero de Maquío; le exige retractarse o devolver la curul. “Sinaloa es un mugrero”, le grita el diputado desobediente. No lo pueden expulsar porque no es militante. Tampoco se va a retractar. Está a merced de una lógica autocrática copiada del PRI: “Estás conmigo o estás contra mí”. Julio Castellanos, vicecoordinador panista en San Lázaro, dice que Clouthier está “ardido” porque el PAN coquetea con el priísta Mario López Valdez para hacerlo candidato en Sinaloa; porque ve frustradas sus aspiraciones políticas. Clouthier lo niega rotundo.

La mecha de Calderón es corta. No tolera que lo cuestionen. La subordinación de César Nava a la voluntad presidencial es grosera. Los principios panistas de doctrina y unidad se quiebran. Además de los casos Gómez Mont, Limón y Clouthier, las mentadas alianzas con el PRD son antesala de las traiciones; colocan al PAN en la esquizofrenia. No es racional liarse con una izquierda que defiende lo que repugna a la derecha.

Acción Nacional es el pandemónium (lugar de escándalo y confusión). El fuego de disparates tizna la ideología. Ello explica al panismo asfixiado en brazos de Elba Esther, para imponer a Miguel Ángel Yunes en Veracruz. El ex priísta sentencia: “Yo no provengo del dedazo”. Tiene razón. Yunes proviene del pastelazo y el manotazo; del estilo personal de gobernar de un Presidente, extraviado en su pandemónium; a punto de chocar con el iceberg.