5 de mayo de 2010
Aniversario y derecho a la justicia | David Velasco #ATENCO
Maestro David Velasco académico del ITESO
en su participación semanal
Con los periodistas
Radio Metrópoli. 5/05/2010.
Aniversario y derecho a la justicia
Ayer se cumplieron 4 años de “la toma de San Salvador Atenco”, por parte de la Policía Federal Preventiva. En un escenario de guerra, desde el lugar de los hechos pocos reporteros daban cuenta del operativo, perfectamente planeado y transmitían en vivo en algunos noticiarios radiofónicos, como el de Ricardo Rocha que, en aquel día ingrato, me tocó seguir de cerca. El día anterior se había dado un enfrentamiento entre la policía estatal y municipal del Estado de México y del municipio de Texcoco, por el que rompían el acuerdo tomado con los vendedores de flores que tradicionalmente, en ocasión de la fiesta de la Santa Cruz, acostumbraban colocarse en las calles adyacentes al mercado municipal de Texcoco. De este acuerdo hay testimonios y videos. Sin embargo, el acuerdo fue incumplido y desde la madrugada del 3 de mayo de 2006, policías municipales impidieron la instalación de los vendedores de flores y comenzó el enfrentamiento que, posteriormente, en la carretera federal de Lechería a Texcoco tendría los escenarios de mayor violencia.
Un acuerdo incumplido fue el detonante. Las órdenes del gobernador del estado Enrique Peña Nieto fueron terminantes: “darles con todo”. Y así fue, por más que la televisión pretendió construir otra realidad, como la imagen de un policía aislado de sus compañeros y golpeado con saña por los atenquenses. Pero lo que realmente ocurrió, la televisión guardó silencio y, sobre todo, volvió a pasar esa imagen hasta el cansancio.
- Ocultó el acuerdo realizado entre autoridades municipales y del gobierno del estado para que los vendedores de flores se instalaran como tradicionalmente lo hacían.
- Ocultó la represión de la policía municipal que golpearon a los vendedores de flores.
- Y sobre todo, ocultó el intento de la policía estatal para romper el bloqueo que el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra realizó en la carretera Lechería a Texcoco
- En particular, ocultó que la policía fue incapaz de romper ese cerco.
Pero si hay algo que queda en la memoria de los atenquenses, y que ayer hicieran especial recuerdo de aquellos hechos, es la brutal toma de San Salvador Atenco, operativo perfectamente planeado, de madrugada, golpeando todo lo que a su paso se cruzara, hasta detener a algunos de los principales dirigentes del Frente, como Ignacio del Valle, uno de los mediadores que se solidarizaron con los vendedores de flores de Texcoco. Luego de la detención de algunos dirigentes, vino lo peor. En el traslado de cientos de hombres y mujeres a diversas cárceles, en un camión en el que venían sólo mujeres, varias de ellas fueron abusadas sexualmente.
Tres mujeres extranjeras, una española, una chilena y una alemana, fueron deportadas y desde sus países denunciaron el abuso sexual cometido por policías estatales. Las mujeres, una vez más, como botín de guerra. “Denles con todo”, fueron las instrucciones a todos los policías.
Tres mujeres extranjeras, una española, una chilena y una alemana, fueron deportadas y desde sus países denunciaron el abuso sexual cometido por policías estatales. Las mujeres, una vez más, como botín de guerra. “Denles con todo”, fueron las instrucciones a todos los policías.
Desde entonces, los atenquenses tienen clara su explicación, es la venganza de los poderes fácticos porque no pudieron hacer su negocito del aeropuerto internacional en sus tierras. Desde esa lucha contra el aeropuerto, los atenquenses han recibido el apoyo y la solidaridad de muchas organizaciones, como la del Municipio Autónomo de San Juan Copala, de indígenas triquis, a quienes la semana pasada iban a llevarles apoyo y solidaridad y fueron víctimas, una vez más, de la brutal emboscada de los paramilitares de la Ubisort, priísta y apoyada por otro gobernador represivo, Ulises Ruiz. Esta emboscada cerca de San Juan Copala ha cobrado enorme interés y presión internacional para que se haga justicia. Si se hizo justicia a Alberta y Teresa, indígenas ñañú, también se pide justicia para Ignacio del Valle y compañeros, condenados a la absurda sentencia de 112 años de prisión.
La memoria, una vez más, hace su tarea y nos recuerda que la dignidad humana y la justicia elemental son irrenunciables.
La memoria, una vez más, hace su tarea y nos recuerda que la dignidad humana y la justicia elemental son irrenunciables.
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